Reionización
Es lo que se conoce como la teoría del Big Bang. Desde hace casi un siglo, el término ha sido utilizado por académicos y no académicos. No es de extrañar, ya que es la teoría más aceptada sobre nuestros orígenes. Pero, ¿qué significa exactamente? ¿Cómo se concibió nuestro Universo en una explosión masiva, qué pruebas hay de ello y qué dice la teoría sobre las proyecciones a largo plazo de nuestro Universo?
Los fundamentos de la teoría son bastante sencillos. En resumen, la hipótesis del Big Bang afirma que toda la materia actual y pasada del Universo surgió al mismo tiempo, hace aproximadamente 13.800 millones de años. En ese momento, toda la materia se compactó en una bola muy pequeña de densidad infinita y calor intenso llamada Singularidad. De repente, la Singularidad comenzó a expandirse, y el universo tal y como lo conocemos comenzó.
Trabajando hacia atrás desde el estado actual del Universo, los científicos han teorizado que debe haberse originado en un único punto de densidad infinita y tiempo finito que comenzó a expandirse. Tras la expansión inicial, la teoría sostiene que el Universo se enfrió lo suficiente como para permitir la formación de partículas subatómicas y, posteriormente, de átomos simples. Más tarde, gigantescas nubes de estos elementos primordiales se fusionaron gracias a la gravedad para formar estrellas y galaxias.
Época inflacionaria
La historia del universo y su evolución está ampliamente aceptada por el modelo del Big Bang, que afirma que el universo comenzó como un punto increíblemente caliente y denso hace aproximadamente 13.700 millones de años. Entonces, ¿cómo pasó el universo de tener fracciones de pulgada (unos pocos milímetros) a lo que es hoy?
Una parte clave de esto proviene de las observaciones del fondo cósmico de microondas, que contiene el resplandor de la luz y la radiación que quedó del Big Bang. Esta reliquia del Big Bang impregna el universo y es visible para los detectores de microondas, lo que permite a los científicos reconstruir las pistas del universo primitivo.
Sin embargo, a la era de la recombinación le siguió un periodo de oscuridad antes de que se formaran las estrellas y otros objetos brillantes.Paso 5: Salir de la edad oscura cósmicaAlrededor de 400 millones de años después del Big Bang, el universo comenzó a salir de su edad oscura. Este periodo de la evolución del universo se denomina edad de reionización.
Muchos científicos creen que el Sol y el resto de nuestro sistema solar se formaron a partir de una gigantesca nube giratoria de gas y polvo conocida como nebulosa solar. Cuando la gravedad hizo que la nebulosa se colapsara, giró más rápido y se aplanó hasta formar un disco. Durante esta fase, la mayor parte del material fue atraído hacia el centro para formar el sol.Paso 8: La materia invisible del universoEn las décadas de 1960 y 1970, los astrónomos empezaron a pensar que podría haber más masa en el universo de la que es visible. Vera Rubin, astrónoma de la Institución Carnegie de Washington, observó las velocidades de las estrellas en distintos lugares de las galaxias.
Vía láctea
La cosmología estándar es la época, o era, que se ha dilucidado de forma más fiable y que abarca el tiempo comprendido entre una centésima de segundo después del Big Bang y la actualidad. El modelo estándar para la evolución del Universo en esta época se ha enfrentado a muchas pruebas observacionales rigurosas. Dicho esto, la cosmología estándar sigue teniendo una serie de cuestiones sin resolver.
El diagrama que se muestra aquí ilustra los principales acontecimientos ocurridos en la historia de nuestro Universo. El eje temporal vertical no es lineal para mostrar los primeros acontecimientos a una escala razonable. La temperatura aumenta a medida que retrocedemos en el tiempo hacia el Big Bang y los procesos físicos ocurren más rápidamente. Muchas de las transiciones y acontecimientos de la imagen se explicarán en estas páginas de divulgación.
Galaxia de Andrómeda
El siguiente trabajo está dedicado a comentar las diapositivas presentadas por el profesor Carlos Pérez García en sus dos conferencias en el aula del seminario “Ciencia, Razón y Fe”, que tuvieron lugar en la primavera de 2005.
Carlos Pérez dejó este trabajo inacabado, sin texto, debido al trágico accidente que sufrió el 31 de julio de 2005 durante una excursión a la montaña. Aunque no tuve la suerte de asistir a ese curso, las características universales de la ciencia contemporánea permiten a cualquier otra persona, como quien escribe estos textos, imaginar y completar lo que esta secuencia de imágenes intenta narrar.
No he alterado el orden de las fotografías, tratando de respetar la línea argumental que se deduce de ellas. Sólo en un caso he citado una diapositiva en un orden diferente, para conseguir continuidad y claridad en el texto; las diferencias que esto introduce son didácticas y no afectan al contenido concreto, que espero haber respetado. Cualquier diferencia, error u omisión con respecto al contenido de las ponencias es, por supuesto, de mi exclusiva responsabilidad y pido disculpas de antemano por ello.