Principios fundamentales de la declaracion universal de los derechos humanos

7 principios básicos de los derechos humanos

Los derechos humanos son universales e inalienables; indivisibles; interdependientes e interrelacionados. Son universales porque todas las personas nacen con los mismos derechos y los poseen, independientemente del lugar donde vivan, de su sexo o raza, o de su origen religioso, cultural o étnico. Inalienables porque los derechos de las personas nunca pueden ser retirados. Indivisibles e interdependientes porque todos los derechos -políticos, civiles, sociales, culturales y económicos- tienen la misma importancia y ninguno puede disfrutarse plenamente sin los demás. Se aplican a todos por igual, y todos tienen derecho a participar en las decisiones que afectan a sus vidas. Se mantienen gracias al Estado de Derecho y se refuerzan mediante la exigencia legítima de que los titulares de obligaciones rindan cuentas ante las normas internacionales.

Universalidad e inalienabilidad: Los derechos humanos son universales e inalienables.  Todas las personas en cualquier parte del mundo tienen derecho a ellos. La universalidad de los derechos humanos se recoge en las palabras del artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos».

Qué son los derechos humanos

La dignidad humana universal es un principio fundamental de los derechos humanos. De la dignidad inherente a la persona humana se derivan nuestros derechos. Ninguna ley, política o práctica en materia de drogas debe tener el efecto de socavar o violar la dignidad de ninguna persona o grupo de personas.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que «la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base la dignidad intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana»[4]. [5]

Cuestiones de derechos humanos

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Esta declaración fue un esfuerzo para garantizar que los abusos y atrocidades contra la dignidad humana -como los perpetrados por los nazis- no volvieran a producirse. Los derechos humanos son universales, inherentes a todo individuo sin discriminación; inalienables, lo que significa que nadie puede quitárselos; indivisibles e interrelacionados, ya que todos los derechos tienen la misma categoría y son necesarios para proteger la dignidad humana.

En los últimos diez años, este marco se ha utilizado en toda África y Asia, apoyando la transformación de los niños y las comunidades locales en agentes y líderes del cambio, de lo que he podido ser testigo en el proyecto que coordino. La educación es un derecho y un multiplicador de otros derechos. En términos generales, y siguiendo no sólo la Declaración Universal de Derechos Humanos, sino también el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) y la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) -ambos instrumentos vinculantes, a diferencia de la Declaración Universal-, el derecho a la educación exige que los Estados

Declaraci髇 universal de los derechos humanos

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un documento internacional adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas que consagra los derechos y libertades de todos los seres humanos. Redactada por un comité de la ONU presidido por Eleanor Roosevelt, fue aceptada por la Asamblea General como Resolución 217 durante su tercera sesión, el 10 de diciembre de 1948, en el Palacio de Chaillot de París (Francia)[1] De los 58 miembros de las Naciones Unidas que había entonces, 48 votaron a favor, ninguno en contra, ocho se abstuvieron y dos no votaron[2].

Durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados -conocidos formalmente como las Naciones Unidas- adoptaron como objetivos básicos de guerra las Cuatro Libertades: libertad de expresión, libertad de religión, libertad del miedo y libertad de la miseria. [17][18] Hacia el final de la guerra, se debatió, redactó y ratificó la Carta de las Naciones Unidas para reafirmar «la fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y el valor de la persona humana» y comprometer a todos los Estados miembros a promover «el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos». [19] Cuando las atrocidades cometidas por la Alemania nazi se hicieron plenamente evidentes después de la guerra, el consenso en la comunidad mundial fue que la Carta de la ONU no definía suficientemente los derechos a los que se refería[20][21] Se consideró necesario crear una declaración universal que especificara los derechos de las personas para hacer efectivas las disposiciones de la Carta sobre los derechos humanos[22].

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About the Author: Olivo Magno